Después de comer, ¿gintonic o pacharán?

El gintonic está tan de moda que incluso se introduce en la sobremesa y llega a ser visto como una copa digestiva. Entonces qué tomamos después de comer si queremos asegurar una buena digestión, ¿gintonic o pacharán?
¿Es digestivo el gintonic? Preparemos uno bien hecho: cuatro o cinco cubitos de hielo grandes en una copa ancha, ginebra y una tónica. Teniendo en cuenta que nos beberemos parte del agua de los hielos, al final de nuestra copa nos habremos tomado medio litro de líquido muy frío y además con gas. Es decir, cuando durante la digestión necesitamos mantener el estómago caliente lo enfriamos enérgicamente con medio litro de agua bien fría que, además, nos tomaremos en buenos tragos porque nos refresca el paladar. Y aparte de enfriarlo estamos poniendo mucho líquido el estómago con lo que por efecto de la dilución estamos dificultando la absorción de los alimentos y alargando  el tiempo que necesitaremos para terminar la digestión. Por lo tanto no podemos referirnos al gintonic como una bebida digestiva.

Hemos dejado de lado el gas de la tónica. Pero si nos fijamos en las propiedades de gran parte de las infusiones digestivas (manzanilla, anís, poleo-menta…) descubriremos que tienen en común una propiedad: evitan la producción de gas durante la digestión, gases que son los responsables de la sensación de hinchazón después de comer y de muchos dolores de estómago. El gintonic sin embargo en lugar de evitar los gases durante la digestión te los aporta directamente… no parece muy lógico para una buena digestión, por mucho que antes nos hayamos tomado un poleo-menta.
Sin embargo en el caso del pacharán, aunque lo tomemos con hielos, se toma a pequeños sorbos que se tragan ya templados por lo que apenas enfriarán ni llenarán de líquido el estómago. Y el anisado que contiene evitará la formación de gases durante la digestión.

Y las propiedades digestivas del pacharán, conocidas desde hace más de 500 años, terminan de inclinar claramente la balanza si queremos ayudar a la digestión. A menos, claro, que prefiramos dejar de lado la digestión y rendirnos a las modas internacionales impuestas por el marketing y el postureo.